domingo, 13 de mayo de 2012

Ni Dios, ni ley, ni ídolos, ni símbolos ni iconos.



No tengo y si tengo lo ignoro de tal forma que no me molesta en mi vida.
Aveces tengo hambre de cosas y por ello hago como que tengo dios, y ley y creo en algo.
Y si no fuera necesario no lo haría. Todos lo hacemos el asunto es cuánto nos convence a nosotros mismos. Eso es resistir; mantenerse fiel. Pero no fiel a lo que crees, sino a lo que sientes. No a eso que pensaste y después debes hacerte cargo, sino de esas cosas que vas viendo como verdad innegable y que no necesitas pensar para saber que es así. Detesto cuando digo algo y después tengo que ser consecuente. No quiero vivir en consecuencia, quiero vivir libre del mundo y libre de mis palabras.
Creo que ya no tengo Dios, ni creo en nadie, pero en su reemplazo tengo un gran cariño a todo lo que existe, lo que veo y lo que siento.
No tengo ley y me da rabia que le digan ley de gravedad o ley de relatividad, porque los principios innatos no son leyes. Quizás no entiendo bien el concepto, pero siento que es ridiculo que denominemos con la misma palabra algo tan indiscutido como que los objetos son atraidos al centro de la tierra y después decir que no se puede consumir alcohol en la vía pública. Creo que es un error que se ocupe la palabra ley en ambos casos.
No tengo ídolos porque no creo que hayan personajes que sean más que otros. Si bien hay músicos que me gustan sus canciones, creo que al final son eso, canciones lindas, pero a nadie admiro.
No creo en símbolos porque ellos sólo nos meten dentro de una imagen. Nos enajenan de nosotros mismos, nos convierten en un parte de algo, transforman la realidad.
No creo en iconos porque son sistemas de representación.
Me cargan las tendencias, me carga el consumismo de la libertad, esas tienditas de cosas lindas, esos encuentros anarquistas en donde se venden libros para aprender a vivir sin vender. Esos encuentros de ciclistas donde compiten tratando de no demostrarlo por quien tiene la bicicleta mas ondera. Esas tendencias de bolsas de super ultra reciclable para llevar un millón de productos que contaminan 10 veces lo que contaminaba la antigua bolsa no reciclable. Esa idolización de artistas antiautoritarios (Jorge González cantando "declaramos romper los lazos a algún tipo de representación" y años después auto proclamarse junto a Victor Jara como el mejor artista que ha habido en chile) Ver a Atari Teenage Riot pagando casi 20 lucas. Es todo tan mierda, todo es comercio, todo es el show de hacer como que pensamos, pero cuando llega el momento terminas haciendo lo que atenta contra tus propia idea base. No se trata de tratar de consecuente, se trata de estar atento y no andar pisándose los cordones en cada paso.

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