Sin darse cuenta, los comunistas se vieron resumiendo el manifiesto comunista, en versión (- 5).
Consiguieron un ilustrador que enfatizara en detalles de gente humilde y miserable, Que el ostro del burgues fuera duro y estuviera sobrealimentado, que los niños se vieran hambrientos y sucios, que los padres pareciean explotados y ansiosos de una gran revolución.
Cuando hubieron terminado, todos aplaudieron, era casi ganar una revolución.
Sus hijos ya no crecerían con la educación burguesa. Por fin el obrero tendrá un texto infantil que le diga al niño que su lugar es la del oprimido y que como tal, su vida se basa en el odio.
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