Quizás la más amable de las torturas de las distintas dictaduras latinoamericananas, solía ser el exilio, que era así como unas vacaciones obligadas a lugares inciertos. Sin embargo, en argentina lograron percatarse los astutos militares, que era más conveniente y económico, no enviar a familias completas, sino por el contrario enviar sólo al padre o a la madre. De este modo, en las familias se daría el tema de no te metas en sindicatos, de qué vivirán los niños si te atrapan y te mandan lejos.
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