Hace dos años salí de la depresión fumando marihuana y jugando a practicar la acción directa.
Con los pitos aprendí que se puede conseguir externamente la creatividad o al menos deslumbrarse del mundo y, con la acción directa, que en mis manos es posible el fin del sistema, o al menos, su deterioro. El capitalismo es tan frágil que por ejemplo con una botella de agua derramada se puede asesinar un cajero automático, o con un fósforo puedes anular los candados de carnicerías o grandes supermercados, o con un aerosol y un encendedor puedes hacer fuego, o que una sola letra puede boicotear un mensaje comercial. Lo mas importante que aprendí en ese tiempo es que aprendí que todo lo asfixiante tiene su disfrute.
No hay comentarios:
Publicar un comentario