18

otro dieciocho de septiembre, y refunfuñar hacia el asqueroso patriotismo es algo que me sale del alma, pero es tan típico, todos los años es la misma sensación de descomposición, la misma nausea hacia la gente comiendo carne, la gente emborrachandose sin culpa, la gente creyéndose libre porque le regalaron 3 días de sus miserables vidas asalariadas, la gente sacando sus banderas, la gente gritando ¡viva c#%&$!, los autos colgando bandera, luego vendrá el 19 y la gente irá a ver el desfile del arsenal que pronto nos amenazará, el dolor de cabeza, el regreso del trabajo, las charlas contando qué hiciste, las frases tipo; el 1° de noviembre es el próximo feriado, y así, el eco de una vida que se va pasando, y si, yo repito esto, como cada año repito el mismo lamento, el mismo odio, espero que si dejo de repetirlo, no sea porque dejo de pensarlo, sino que deje de verlo como un lamento, deje de existir, ojalá, deje de molestarme, deje de vivir en el eje patriarcal que vivo, deje de ser la tele este núcleo del pensamiento actual, deje la gente de asumir sus vidas como una obligación, dejen de anhelar los objetos que te ofrecen por tv, deje la gente de sentirse bakán por ser irrespetuosa con lo natural, deje la gente de ser tan malditamente hueona, todos los años es lo mismo, como el noticiero que cada año vuelve a mostrar qué hicieron los shilenos para divertirse en las fondas, yo cada año vuelvo a odiar la tele, la patria y aveces a todo lo que me rodea y se ve orgullosamente tricolor, orgullosamente sin alma, orgullosamente más muerta que la vaca que comen en su anticucho.