Teníamos que quemar la ciudad
ella nos ha vigilado, nos ha cuadrado y ha visto llorar
corriendo al trabajo, angustiados por la prueba,
paqueando las plazas con cimarreros y el que se fondió el queso en el supermercado
la ciudad fue su gran escenario y las cámaras así lo registran
teníamos que quemar la ciudad
por donde marcharon los pacos haciéndole culto a sus armas
luciendo con orgullo la bala que luego me atravesó un ojo
con un drone dando vueltas sobre mi, por pobre, por mujer, por mapuche
la ciudad y el lenguaje fueron sus grandes inventos y nunca nos pertenecerán
aunque lo reivindiquemos, aunque nos sirva para hacer poesía de la destrucción
teníamos que quemar la ciudad para que las bacterias ya hayan convertido un bosque para cuando nazcan mis nietos
para que vuelvan los lobos, y la muerte ocupe el espacio que perdió
para que nos demos cuenta que nuestra carne es sólo fertilizante
habrá que ponerle fuego porque fue el primer descubrimiento y será el ultimo de la humanidad
porque todo nace y todo muere, y las máquinas no nos entienden.
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