domingo, 7 de agosto de 2016

Domingo por la noche

En la tele dan el recuento del futbol
en la calle las familias regresan de las visitas domingueras
en la cocina tú cocinas para la colación de mañana
En nuestras vidas hay una enorme pena.
Los domingos son odiables porque son mentirosos
se disfrazan de libertad y el sol brilla en los rostros de los hermanos
no quiero odiar los lunes, ellos no tienen la culpa
pero la construcción no se puede destruir, no vale la pena
no es el nombre ni la distribución del tiempo en la semana
es el trabajo y sus estructuras.
Lloras con la cebolla para la salsa
y lamo tus lagrimas que es lo más mío que tengo
mío no porque sea mío, mío porque yo soy esas lágrimas
no nos pertenecemos compañera, pero tenernos nos salva de morir cada día
la guerra sigue y en la trinchera no nos entran balas
pero no podemos quedarnos acá, esto no es un hogar,
es un lugar de paso y nos encontrarán de todos modos,
mañana será un día terrible
te vestirás para complacerlos, y yo me pondré la máscara de torturado
caminaremos en rumbos equivocados y nos equivocaremos
Que esta noche no acabe, abrázame hasta asfixiarme
no dejes que mañana amanezca, te lo pido como tu hijo
te lo pido como una piedra que no quiere ser concreto
esta noche tengo pena y no quiero que llegue otro fin de semana
porque el engaño siempre acaba, y siempre terminamos siendo lo mismo.

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