miércoles, 24 de abril de 2013

el Pishi



Le pedí permiso, pero estaba ocupada mirando a los otros compañeros, también tenía un cuaderno en mano, que vergüenza, a los 28 años no debería pasar, no entiendo como le dicen guata de meca, los niños no dicen ese tipo de palabras, pero sin duda no era porque fueran musulmanes ni nada,  una vez cuando nos contaron que Mahoma nació en la Meca, todos reimos, y dijimos, el felipe también, pobre guata de meca,  yo le dije quiero hacer pipí, pero hablaba muy bajo, hasta ahora lo hago y he quedado sin voz tratando de pedir silencio para que se escuchen las instrucciones, le dije y no me escuchó, de repente ya era tarde y me empecé a hacer, la vergüenza cuando las compañeras de mi hermana pasaron por inspectoría y me vieron con los pantalones mojados esperando que llegara el papá con pantalones secos, la otra vez fue distinto, eramos decadentes y dormíamos abrazados y sin recordar los nombres, la cerveza había sido mucha y la incomodidad de la carpa me impidió salir a tiempo, por suerte desperté cuando aún no llevaba 200 cc, aún no amanecía y ya tenía pelo en la cara, salí a dar una vuelta, terminar de botar todo lo que me descomponía, me lavé los dientes con el dedo,  avergonzado y anhelando que no despertara volví a acurrucarme en su cuerpo flacuchento de trasandina pobre, disimulo mi pasado poniendo cara de viejo culiao frente a las niñas que quieren parecer más osada de lo que su infantilismo les permite, los profe se caracterizan por ser altos y fome, otros son gordos y fome, y los que son más distintos son los rubios y fome, no sé que tomas por fome, pero sí somos muy fome le dije a la señorita irribarren que me violentaba verbalmente, pero me gustaba ese cambio de rol entre viejo decrépito v/s pendeja maleducada, a la ondulais no le dije de mi bochorno, y quizás se dio cuenta, pero no le importó, era de las que usan dreadlook y no se lavan a menudo, que yo me meara era solo parte de su colección de cochinadas de amores pasajeros que iba dejando de tatuaje en su cuerpo, por eso me negué a chuparle cuando lo pidió, eso es para otro momento, y  así fue, en otro momento, con otra persona, en otro país, con agua de por medio, y no me he vuelto a hacer en pantalones más que esas exquisitas sensaciones nadando en el mar frío que reduce la piel y la valentía, dejar que la vejiga se mande sola, liberarse de la contención que toda una vida ha enseñado, saltar y mear, nadar y mear, reír y mear, besar y mear, que maravilla el calorcito que sale, parece que fuera agradable hasta para meterse en él, o como meterse en el pipí ajeno, como esa hermosa escena de Hablé con ella, o la otra de Lucia y el Sexo, cuando el tipo se tapa los ojos y Lucia hace que reconozca las partes de su cuerpo, no me interesa la orinoterápia, pero si el desprejuicio, el reconocer el gusto solo.
terminé escribiendo algo re cualquiera

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